21 de enero de 2016

¿Ateísmo o pereza?



¿Ateísmo o pereza?
Por: Máximo Álvarez Rodríguez

R: Aquí con sólo el título empieza mal el asunto.

Nos hemos vuelto muy cómodos y por eso no queremos complicarnos la vida buscando a Dios ni que Él nos la complique a nosotros
R: ¡Cierto! Los creyentes teístas no sólo se han vuelto perezosos, son flojos porque siguen creyendo en lo que les ensañaron sus padres y en las iglesias o clases de religión, y no se cuestionan nada. Creer es más fácil que pensar y esto es lo que hacemos los ateos. Repreguntamos todas las cosas que alguna vez nos han enseñado y lo comparamos con los conocimientos actuales.

Una de las acciones que más me reconfortan es recordar con especial intensidad que Dios es mi Padre, aunque pienso que si cada vez es mucho mayor el número de ateos, quiere decir que son muchas las personas para las que esto no significa nada y podría ocurrir, que aquellos que siempre hemos puesto toda nuestra confianza en Dios, nos sintiéramos contagiados y desanimados ante el aumento de la increencia.
R: Vuelvo a citar a Erich Fromm quien en “El arte de amar” dijo: “
: Como Dios es el padre, yo soy el hijo, a quien ama si me porto bien y lo alabo, a quien castiga si me porto mal, este concepto es de aquellos que aún no han logrado la madurez total. Lo que sólo lo han logrado unos pocos grandes pensadores de la humanidad.” Y yo me hago eco de estas palabras.

Generalmente el ateísmo se ha considerado casi siempre muy unido a la soberbia. El hombre llega a creerse tan importante que se permite eliminar a Dios, prescindir de él o decidir que no existe. No deja de ser un gran atrevimiento, porque uno podría llegar a decir: Señor, no te veo, no te entiendo, no te comprendo... Pero pasar de ahí a negarlo es un salto demasiado grande, teniendo en cuenta lo poco que somos.
R: La soberbia es los teístas, hay que tener mucha arrogancia para afirmar la existencia de un dios, sin tener prueba alguna, y luego acusar a los ateos de  ser altaneros. Por otro lado, no se puede eliminar a algo cuya existencia no está comprobada  

La ignorancia también tiene mucho que ver con la negación de Dios.
R: Es la falta de conocimientos y un cierto grado de superstición e inmadurez hace, que las personas aún creen en le existencia de un dios.
En relación a esto cito: “Dios ha sido durante mucho tiempo la mejor explicación disponible, pero ahora las tenemos mucho mejores. Dios no explica nada en absoluto, al contrario, se ha convertido en algo que necesita una cantidad insalvable de explicaciones.” (Douglas Adams, (1952-2001) Escritor y guionista) radiofónico británico)


Pero, ojo, que ser ignorante no quiere decir que se carezca de títulos o de estudios. Una persona puede tener carrera
universitaria con muy buenas notas en esa especialidad y ser un ignorante en otras materias como filosofía, historia, religión...
R: Justamente una persona “puede”, pero no necesariamente, ser ignorante en otras materias, pero no necesariamente, hoy en día en cualquier carrera científica, también se enseña junto a estas carreras, ramos de filosofía e historia, y quizás en algunas también se incluyen clases de teología.

En efecto, la teología, la religión... requiere muchas horas de estudio si uno quiere tener algo de idea. Hemos de reconocer que la ignorancia religiosa es muy grande tanto en hombres de ciencia como en cristianos de buena voluntad. En todo caso hay una sabiduría muy profunda que no la dan sólo los libros y que brilla bastante por su ausencia.
R: No hay que olvidar que los primeros cristianos, eran personas más bien sencillas y simples. Fueron los teólogos, que posteriormente aparecieron y que enredaron y complicaron de tal manera las enseñanzas del supuesto Jesús” y principalmente las doctrinas de Pablo, que hoy se necesitan años para entender y conocer toda este entramado de doctrinas,  disciplinas, reglas, por ejemplo el  “Codex Iuris Canonici”, o “La fe de la Iglesia en los documentos de la anunciación de las enseñanzas”, editados por Josef Neuner, Heinrich Roos, Karl Rahner y Karlheinz Weger. Que en realidad no tienen nada que ver con los que enseñan los evangelios.
Jesús habría dicho: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” Y según Mateo (11, 25) Jesús habría dicho: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, que hayas escondido esto de los sabios y de los entendidos, y lo hayas revelado a los niños.”

Quizá por todo ello habría que añadir a la soberbia y a la ignorancia, compañeras inseparables del ateísmo, la pereza.
R: ¡Claro! ¿Y por qué no culparnos al tiro también, de los asesinatos cometidos por Stalin y los otros dictadores comunistas?


 La pereza mental de no pararse a reflexionar, a buscar, a leer, a investigar.
R: El señor Álvarez, ignora que la gran mayoría de los ateos del mundo occidental cristiano alguna vez fueron creyentes. Conozco varios casos enlosa cuales los ateos fueron seminaristas; en el caso mío, yo fui luterano pero me eduqué en colegios católicos y recibió clases de religión, y muchos de nosotros también hemos leído no solo una vez, sino varias veces la biblia, y esto en muchos casos fue una de las causas para que un creyente se convirtiera al ateísmo.
Acusarnos de pereza mental es un insulto gratuito.



Se habla a la ligera sin tomarse la molestia de formarse ni informarse, ni siquiera pensar seriamente.
R: Esto es totalmente falso y mal intencionado. No puedo opinar por todos los ateos, pero puedo decir, que en general nos convertimos al ateísmo después de reflexionar  profusamente sobre religión y en este caso sobre el cristianismo, su historia y su nefasta influencia en este mundo, sin considerar sus perversas doctrinas


Escribo estas lineas tras una ardua jornada intentando combatir en las aulas la ignorancia religiosa. Pero el cansancio y el estress no viene del hecho de tener que hablar y explicar a los alumnos, sino de la indiferencia, la falta de interés y de acogida, del desprecio a cuanto se ha vivido, investigado o escrito sobre Dios.
R: Por que las personas inteligentes con el tiempo dejan de creer y comienzan a pensar., y no están disponibles, para escuchar cuentos y relatos de personas de la edad del bronce, y cuentos de un personaje fantástico, que contra toda natura nace de una virgen, que camina sobre el agua, y resucita después de muerto.

En el fondo nos hemos vuelto muy cómodos y por eso no queremos complicarnos la vida buscando a Dios, ni que Él nos complique la vida.
R: Porque, estas fábulas ya no satisfacen al intelecto del siglo 21


Es la vieja táctica del avestruz que esconde la cabeza bajo el ala pensando que así se aleja el peligro.
R: Esta fábula o mito no es así. El cuento dice, que el avestruz esconde su cabeza bajo la tierra, pero esto es sólo un mito. Y esto los ateos no lo hacemos, pero si los creyentes que tratan de evadir discusiones con los ateos, porque saben que sus argumentos son muy débiles y casi no existen.


Para no enfrentarnos con el tema de Dios lo aparcamos a un lado. Por eso si hubiera que clasificar a los ateos en varios grupos y quedarse con alguno, me quedaría con los que lo son después esforzarse en buscar a Dios... porque, además, llegarán a encontrarlo.
R: Aquí el señor Álvarez se equivoca rotundamente. Los que alguna vez fuimos creyentes y ahora somos ateos jamás volveremos a creer otra vez en fábulas religiosas


Fuente: http://es.catholic.net/

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